SISTEMAS DE GESTIÓN DE CALIDAD

Antes de profundizar en las certificaciones, es recomendable entender que es un Sistema de Gestión de Calidad, que lo compone y a qué da respuesta. Un Sistema de Gestión de Calidad (SGC) se define como el conjunto de recursos y medios proporcionados por la Dirección de una empresa. Estos recursos están destinados a la mejora de los procesos internos llevados a cabo por la organización, influyendo sobre todas las áreas. El fin de ello, es alcanzar los objetivos propuestos y fijados referentes a la calidad.

Estos sistemas pueden adaptarse a las diferentes certificaciones de calidad actuales. Con el objetivo de mejorar dichos procesos y para poder adaptarlos, es necesario cumplir con una serie de requisitos preestablecidos por cada norma o certificación. Lo más común para conseguir el cumplimiento de esos requisitos, es que el SGC incorpore una serie de protocolos y controles, que se encontrarán documentados. Estos documentos que se deben de aplicar pueden ser: procedimientos, registros, anexos, formatos, instrucciones técnicas u otros que cumplan dicha función.

Además de la existencia de esos mencionados documentos, recalcar que la importancia reside en que se encuentren eficazmente implantados. Esto conllevaría a disponer de un SGC eficaz y a la adecuación correcta de una o varias certificaciones de calidad. Lo que nos permitiría obtener todos los beneficios asociados a su implantación y a su certificado correspondiente.

En resumen:

Resumen SGC implantacion recursos

La no Calidad produce daños y pérdidas económicas, la mayoría de ellas de difícil cuantificación, convirtiéndose en un agujero por donde escapan los beneficios empresariales. Exceptuando cuando si contamos con los protocolos y procedimientos que actúen sobre ellos, es decir, que el SGC se encuentre eficazmente implantado.

A continuación se exponen una lista de fallos, los cuales se traducen en costes:

  • Desechos o productos que no cumplen con las especificaciones fijadas
  • Re inspección de productos
  • Retrasos y consecuencia de reprocesos
  • Errores en la planificación
  • Reducción de la productividad
  • Fallos internos
  • Reducciones de ventas
  • Aumento de costes financieros por un mal estudio
  • Deficiente gestión de recursos por no llevar seguimiento
  • Servicios post-venta
  • Reclamaciones, pleitos e indemnizaciones
  • Desmotivación de los empleados
  • Imagen negativa de la empresa que pueda afectar contundentemente a las ventas futuras
  • La insatisfacción de los clientes por la prestación de un servicio deficiente
  • La pérdida de clientes por un servicio de mala calidad
  • Daños económicos originados
  • Daños a las propiedades de los clientes

Para poder evitar los fallos y costes originados por la no Calidad, es necesario realizar una inversión inicial en asesoría, recursos técnicos y humanos cuantificables. Esta inversión puede ser una barrera para muchos gerentes por diversos motivos, y seguramente quieran minimizarla lo máximo posible. En cuanto a lo anterior debemos recalcar que una vez el SGC se encuentre implantado, su mantenimiento supone un menor esfuerzo que la implantación. Además, si se encuentra implantado eficazmente, en todos los casos esa inversión se recuperará actuando sobre esas pérdidas económicas generadas por una mala gestión.

A continuación se expone una lista de beneficios que se consiguen con la consecución de un SGC eficaz:

  • Protección frente a la generación de posible fraude y alertas sanitarias
  • Aumento en el rendimiento y compromiso del personal
  • Mayor satisfacción en general
  • Una productividad mayor
  • Mayor número de ventas
  • Aumento de la eficacia de actividades por una buena planificación
  • Eficacia en los recursos proporcionados
  • Aumento de número de clientes
  • Alcance a nuevos mercados de clientes con gran potencial (IFS, BRC, grandes superficies, etc.)
  • Menor número de pérdidas económicas por la no calidad (costes que suponen las desviaciones, incidencias, no conformidades, reclamaciones, etc.)
  • Generación de confianza al resto de partes interesadas (consumidores, clientes y proveedores)
  • Mayor proyección de crecimiento
  • Empresa más consolidada en el mercado
  • Ventaja frente a competidores
  • Defensa ante cualquier auditoría no anunciada, inspecciones sanitarias, certificaciones, etc.

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